sábado, 7 de julio de 2012

Música de ultratumba



Con el sugerente título Back From The Grave (De regreso de la tumba), la banda de Seattle The Chromatics destila una balada electrónica con sentidas reminiscencias funerarias:


"When I look at the sky, well I wish I was gone.
'Cause mother you're gone and father you're gone."


(Cuando miro al cielo, desearía ser yo.
Porque madre te fuiste y padre también tú te has ido.)

Traducción libre.

martes, 29 de mayo de 2012

Siste, viator


Siste, viator

Detente, caminante.

YO QUE FUI
LO QUE TU ERES,
TU SERAS
LO QUE YO SOI.

Este epigrama funerario corona la entrada al cementerio de la población de Los Arcos, en pleno Camino Santiago a su paso por la comunidad de Navarra. Esta advertencia, a la par satírica y mordaz, nos recuerda que en esta vida estamos de paso.

"Buen camino", con un guiño y una sonrisa, es la respuesta adecuada a tan directa interpelación. 

¡Ultreia et suseia, caminante! 




viernes, 6 de abril de 2012

Los viajes de Sullivan

Preston Sturges dirigió en 1941 esta película, Los viajes de Sullivan, una más de entre las divertidas e inteligentes creaciones filmográficas del maestro norteamericano. La cinta narra la historia de un exitoso director de cine que, hastiado de rodar bajo los felices patrones de Hollywood (amor y riqueza), decide hacer una película social. Para ello, dándose cuenta de que nada sabe acerca de las desgracias humanas, se disfraza de vagabundo y comienza a recorrer, acompañado por la bellísima Veronica Lake (the girl), los mundos de la pobreza, de los que regresa a su mansión y comodísima vida cuando le place.

Dando por finalizada esa experiencia, se permite una última noche entre los pobres, en que irá repartiendo mil dólares en billetes de cinco, como muestra de agradecimiento por las lecciones aprendidas (muy pocas, en realidad). Pero el destino le tiene reservada, precisamente, una auténtica lección, que incluye ser víctima y testigo de propia muerte: un vagabundo le atraca y, tras golpearle, le deja en un tren con destino desconocido. Cuando despierta, las cosas se complican aún más, y acaba condenado a seis años de trabajos forzados. Mientras, el vagabundo que le atracó muere alcanzado por un tren, en posesión de los zapatos de Sullivan y un montón de billetes de cinco dólares, por lo que es identificado como el millonario director de cine. Sullivan se entera de su fallecimiento por los periódicos, si bien nadie le cree. Hasta que se le ocurre inculparse como su propio asesino, la prensa saca su fotografía en portada y es felizmente rescatado a su antigua vida, habiendo, esta vez sí, aprendido una deseada lección.

Particularmente, siento una gran admiración por las películas de Sturges, comedias en apariencia sencillas, en realidad perfectas (como las del genio Lubitsch, que aparece mencionado en la cinta). Bellas puestas en escena que se sirven de un elegante cinismo para abrir el abanico de las eternas vanidades humanas, universales e inmortales. Recomiendo, pues, cualquiera de sus títulos (Las tres noches de Eva y Navidades en julio han sido recientemente editadas en España), de inolvidables diálogos, testimonios de un Hollywood dorado.


miércoles, 28 de marzo de 2012

Muertos y fantasmas

Mariusz Szczgiel nació en Polonia y ha escrito, recientemente traducido al castellano, un libro delicioso sobre Checoslovaquia. A veces, no siempre, al extranjero le cuesta menos que al nativo dar detalles sobre una nación, cosa que produce retratos de matices muy interesantes, como es el caso de este Gottland.


Szczgiel posee ironía, pero no la descarnada de un Chesterton, sino humildemente inteligente como la de Tati, que se paseaba con su sombrerito, fumando en pipa, por nuestra civilización con un encantador sentido crítico. Quien lea su libro, el del polaco, encontrará no tan solo un retablo de aquél país que fue Checoslovaquia, sino tantas pruebas de la experiencia humana y sus consecuencias incalculables. En el capítulo 'El favorito' nos cuenta el triste fin del escritor y guionista Jan Procházka, víctima de una calculada operación política para destruirle, en el ambiente de la Primavera de Praga y posterior invasión soviética del país. Caído en desgracia, fallecido en 1971, su esposa e hija se dedicaron a recorrer numerosos cementerios en busca de una tumba, que les era negada sistemáticamente al saber el nombre del difunto. Nos cuenta Szszgiel que, a medianoche y tras todo un día de periplo, en el camposanto de Motol, "pequeño y agradable", el director y sepulturero cede su tumba (la que tenía destinada) a los restos del guionista, bajo un árbol, "rodeado de personas bien decorosas". 


Quien haya leído al bardo Ismail Kadaré tendrá sobradas noticias de los muertos silenciosos (espíritus) que cualquier régimen despótico produce; muertos de los que nada se sabe, tampoco si ciertamente viven en algún lugar desconocido; de los que toda prueba de vida, con el sello de "secreto", se guarda en un archivador de algún ministerio fantasma. Uno de tales muertos buscó durante años, en archivos y descampados, arropado por la literatura, el escritor Bashkim Shehu, hijo superviviente de un primer ministro albanés que se suicidó, según notificó la prensa, por haber traicionado al Estado: Confesión junto a una tumba vacía.




Mariusz Szczgiel, Gottland. Traducción de María Dolores Pérez. Barcelona, Acantilado, 2011.
Bashkim Shehu. Confesión junto a una tumba vacía. Traducción de Ramón Sánchez-Lizarralde. Barcelona, Ed. Península, 1998.

martes, 28 de febrero de 2012

La muerte, según Ligne

Charles-Joseph Ligne, Príncipe de Ligne, vivió entre 1735 y 1814. Militar de profesión, fue también una de las más importantes figuras literarias del siglo XVIII y, hoy en día, sigue teniendo numerosos seguidores, que encuentran en sus páginas el testimonio de un ser, ante todo, encantador e inteligente. Proclive a desnudar algunos aspectos eternos de la existencia, como la muerte, su estilo trata con maestría muchas cuestiones peliagudas, armado de frescura, libertad y, si se quiere, falta de complejos. El sentido del humor de Ligne es por tanto su mejor brújula, la que le conduce por los caminos de la literatura (de la vida) como un verdadero amante del mundo que le tocó vivir. Su última aparición pública en el Congreso de Viena (1814), como una exquisita reliquia, fue el brillante broche a una existencia riquísima en experiencias, fecunda en literatura.

LA MUERTE

Unas breves consideraciones del Príncipe sobre la muerte, que "conviene a todo el mundo":

A las conciencias ejemplares, que están seguras de hallar su recompensa en el otro mundo.
A las malas conciencias, que no creen en este mundo.
A los insensibles, que no pierden una vida de cuyo valor no han llegado a percatarse.
A los sensatos, hastiados de ver tanto loco.
A los virtuosos, cansados de ver tanta mala gente.
A la gente con buen gusto, harta de tratar con quienes no lo tienen.
A los que están de vuelta de los placeres, que han saboreado la ingratitud y que conocen demasiado bien a la especie humana como para apreciarla, a excepción de unas pocas criaturas privilegiadas.

[Fragmentos de "La muerte", en Charles-Joseph Ligne, Amabile, Valencia, Pre-textos, 2004]

domingo, 23 de enero de 2011

¿Qué pasaría si..?

Retomamos la redacción de este blog con este inicio de ciclo. De igual forma, comenzamos, con ésta, una serie de entradas sobre México y su culto a los muertos. 

Como se podrá ir observando en las semanas venideras, todos estos materiales van a ser fundamentalmente de tipo visual.

La primera de esta serie se encabeza con una pregunta tan habitual como irresoluble. 

¿Qué pasaría si, en lugar de querer apartar la muerte y todo lo que ella implica, festejáramos la memoria de nuestros muertos con alegría? ¿Qué ocurriría si otorgáramos a la muerte el lugar central que, sin duda, ocupa en nuestras vidas? ¿Cómo sería una sociedad así?

Por lo pronto, valgan estas imágenes para mostrar algo impensable en nuestras ciudades. Una campaña de publicidad exterior (OPIS y Quioscos) de una empresa funeraria. 

Vaya desde aquí nuestra más sincera enhorabuena a J. García López Funerarias por una ejecución artística envidiable y una idea tan propia como acertada.

¡Que todos nuestros muertos sean leyenda!




sábado, 25 de septiembre de 2010

Otra idea ateniense

Recibo, por parte de una amiga, respecto de nuestro último comentario "Una idea ateniense", los calificativos de "pesimista" y "lóbrego". Como suele suceder en estos casos en que a uno le tienden una trampa, una trampa demasiado inocente, todo hay que decirlo, caigo en ella y contesto con vaguedades a lo que considero, digamos, más una provocación que un juicio mesurado. Mecidas unas horas, adormecidos los calores de estas consideraciones, se me ocurre que cualquier buen texto debe ser "pesimista" (¿alguien recuerda haber leído un buen texto "optimista", aparte de algún cartel publicitario o el horóscopo del periódico?). Además, está la consideración de que quien haya visitado Atenas hoy en día y no se vea embargado por el pesimismo es que ha perdido toda sensibilidad (o quizá nunca la tuvo, lo que le exculparía por completo). Pero suponemos, y quizá suponemos demasiado, que todo el mundo tiene alguna noción (no diré ya debida admiración) sobre la Grecia clásica, cuna de nuestra civilización, por lo que la mezquindad de los tiempos presentes no deja mucho espacio para el optimismo. (Naturalmente, quien me conoce sabe que, hecha la pesimista comprobación ateniense de la ruina cultural a la que nos ha conducido la sociedad de masas, nada me impidió recorrer ciertos senderos de la contemporaneidad relacionados con el sentido de la belle vie) Recuerdo, hace unos cinco años, que en una preciosa taberna de Corfú decorada con fotos antiguas de la vida social de aquella maravillosa isla, el tabernero, tras citar un pedacito de "La vida es sueño", no pudo resistir pronunciar un comentario subido de tono sobre un país en que, decía, sus habitantes pensaban ya sólo en comer. ¿Les suena?