lunes, 8 de marzo de 2010

La reina ha muerto, pero queda una luz.


Hace días que tengo ganas de escribir sobre música y la muerte. Más allá de los propios réquiems, claro está. Aunque, para los muy pudientes y diletantes, sabed que la empresa austríaca Requiem for You compone, interpreta (incluso con orquesta) y registra réquiems por encargo. Pero no, antes bien me interesa esta semana analizar la relación entre la música pop y el fin de la vida.

En un primer momento, pensé en reflexionar sobre algún tema de los Joy Division. Ese grupo de postpunk inglés que suena a umbral, a tránsito y a entre dos mundos. Pero no me he decidido. Tal vez lo haga más adelante.

Por el contrario, un tema de la banda de Manchester, UK, The Smiths, sí que ha conseguido motivar estas pocas y alborotadas líneas. Se trata de "There is a light that never goes out" (si seguís el link, podréis ver un vídeo de YouTube, con subtítulos en castellano). Originalmente incluida en el penúltimo LP de estudio de la banda, "The Queen Is Dead" (1986), no apareció en formato single hasta 1992, cuando ya el grupo se había disuelto definitivamente.



Qué maravilla de portadas, ¿verdad? Ésta es
la del sencillo. La de más arriba la del LP.

La canción está compuesta por  Morrissey y Marr, vocalista y guitarra, respectivamente. Los versos relatan un desgarrador lamento adolescente, en primerísima persona, en el que un acompañante, que no ha encontrado todavía su lugar ni su hogar, espeta a su deseado conductor que le lleve a donde haya música y luz, juventud y vida. Pero como una fugaz y siniestra revelación, piensa que morir en ese preciso instante, en accidente de tráfico, al lado de su amante sería un final más que deseable, privilegiado. Esta "explícita glamourización del suicidio", como algunos medios describieron el single, supuso un freno a la promoción de la misma, aunque los fans hicieron que llegará al número 1 de la lista del programa de John Peel, el locutor de la BBC One, y que se haya convertido, con el paso de los años, en una de las canciones preferidas de la banda, por casi todo el mundo. El liricismo de esta fúnebre temática, que, según el smithicista Goddard, recuerda a una escena de "Rebelde sin causa" de James Dean, se ve ampliado, además de por la fuerza vocal de Morrissey, por la inclusión de instrumentos de cuerda, poco común en otros temas de la banda.  Estos instrumentistas, en los créditos del disco, aparecen nombrados como la Hated Salford Ensemble (Odiado Conjunto de Salford), aunque, en realidad, no son más que el resultado de la emulación por sintetizador que programó Marr, por falta de tiempo y presupuesto, exceso de celo en colaborar con otros músicos y por el odio que Morrissey profesaba por todos los instrumentos digitales.

Por su parte, Mikel Erentxun, confeso admirador de The Smiths y de Morrissey, realizó una más que digna versión en castellano, que tituló "Esta luz nunca se apagará", en la que el elemento mortuorio se explicita aun más.

Por último, este tema ha servido de inspiración para un urna funeraria de nuestro catálogo. Cuando a roc 'n' rob les encargamos una urna funeraria con luz, poco nos podíamos imaginar que la bautizarían como "There is a light" (seguid el link, si queréis conocerla).

Hasta la próxima.

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